Marco Scaglione
Estudié en el instituto Hotelero de Montecatini, que me proveyó las competencias básicas para conseguir a mirar adelante: a la experimentación y al ahondamiento. Así, después del diploma en el 2001, he decidido de concentrarme en la cocina ligada a las intolerancias alimentares. He escuchado las impresiones de la gente sobre este mundo gluten-free, que al inicio de los años 2000 parecía redoblado en si mismo, justamente atento a la medicina, pero demasiado lejos de los deseos de quien se sienta a la mesa no para saciarse, sino para nutrirse adecuadamente y deleitarse con buenos sabores.
Tiempo: 40 minuti
Dificultades: Facile
Características:
Existen varias variedades de salmón, entre las más comunes recordamos el Salmón del Atlántico, originario de Europa de dimensiones considerables; el Salmón Real presente en el Océano Pacífico con forma rechoncha y peso que puede superar los 60 kg; el Salmón Plateado, extendido en el Océano Pacífico Norte es una especie que se consume en abundancia en nuestra alimentación; el salmón rojo, que supera en poco el medio metro y es también originario del Océano Pacífico; y, por último, el salmón rosa, el salmón más pequeño del Océano Pacífico que no exceda de 7 kg.
Desde un punto de vista nutricional, su carne rosa y deliciosa, es rica en vitaminas, ácidos grasos Omega 3 y selenio. Las propiedades del salmón son numerosas y lo convierten en un valioso aliado para la salud del sistema inmunológico y el bienestar del corazón.
Vestigios históricos: Los antiguos romanos lo llamaban "Salmo Salar" - del verbo subir - por su aptitud para subir los cursos de agua, luchando contra la fuerza opuesta de la corriente.
Notas: Existen varios tipos de salmón: fresco, congelado o ahumado. Los dos primeros no se someten a ningún tipo de tratamiento que no sea el tratamiento en frío previsto por la ley, mientras que el proceso de ahumado del salmón implica que su carne se ponga primero en sal y luego se fume.
Ingredientes para 4 personas:
400 g de salmón fresco en rodajas
100 g semillas de sésamo
Para la salsa:
2pepinos
500 g de yogur griego
4 dientes de ajo
4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Sal q.b.
Procedimiento:
Pelar los pepinos y rallarlos haciendo que caigan sobre un paño de cocina o papel absorbente. Taponar y escurrir la pulpa para que pierda la mayor cantidad de agua de vegetación posible.
Colocar en un bol el yogur griego y la pulpa de pepino escurrido, mezclar para mezclar los ingredientes. Triturar, con la herramienta adecuada, los dientes de ajo, dejándolos caer directamente en el recipiente.
Perfeccionar la salsa con el aceite de oliva virgen extra y la sal, mezclar hasta que la crema sea fluida y homogénica.
Conservar en el frigorífico hasta su uso.
Privar al salmón de la piel y de las espinas, y cortarlo en cubos, pasarlos en las semillas de sésamo dispuestas en un plato, presionando ligeramente para que se adhieran bien y cubran toda la superficie del pescado. Ensartar los cubículos de salmón en palillos largos de pincho de 25 cm y colocarlos en una bandeja para hornear forrada con papel de horno.
Cocinar en el horno caliente a 200 °C durante unos 5 minutos.
Por último, distribuir la salsa en los platos individuales, colocar 2 brochetas de salmón con sésamo y servir.