Marco Scaglione
Estudié en el instituto Hotelero de Montecatini, que me proveyó las competencias básicas para conseguir a mirar adelante: a la experimentación y al ahondamiento. Así, después del diploma en el 2001, he decidido de concentrarme en la cocina ligada a las intolerancias alimentares. He escuchado las impresiones de la gente sobre este mundo gluten-free, que al inicio de los años 2000 parecía redoblado en si mismo, justamente atento a la medicina, pero demasiado lejos de los deseos de quien se sienta a la mesa no para saciarse, sino para nutrirse adecuadamente y deleitarse con buenos sabores.
Tiempo: 1 ora
Dificultades: Media
Ingredientes para 4 personas
500 g de patatas de pasta blanca
200 g Especial para pasta fresca Molino Dallagiovanna
una toma de sal fina
30 g queso parmesano reggiano rallado
una pizca de pimienta negra molida
Para el condimento
4 alcachofas
2 chalotes
ior vaso de vino blanco firme
150 g de almohada
200 g de tomates cherry
80 g de mantequilla
8 hojas de albahaca fresca
30 g de vinagre balsámico igp
Aceite de oliva virgen extra
Sal hasta
Pimienta negra molida
1 limón
Harina de arroz sin gluten para espolvorear
Tiempo: 60 minutos más descanso
Dificultad: Media
Procedimiento
Hervir una olla con agua, llevar a ebullición y cocer las patatas durante unos 45 minutos a la llama, escurrir y colocar en una sartén forrada con papel de horno y dejar secar en el horno a 170 °C durante 10 minutos. Hornear y pasar al triturador de patatas.
Colocar en un explanado, combinar la mezcla, el parmesano, ajustar la sal y la pimienta, trabajando a medida que se absorbe todo.
Crear una bola con la masa, dejar reposar durante 30 minutos, luego recoger partes y rodar sobre la explanada ligeramente enharinada, creando salamini. Con un cuchillo enharinado, cortar en trozos largos 5 mm y moldearlos en la palma de la mano enharinada. Dejar reposar en una bandeja espolvoreada con harina de arroz.
Pelar la chalota y picar finamente, poner en la sartén con 3 cucharadas abundantes de aceite virgen extra, tomar las alcachofas y desvestir de las hojas más duras, cortar por la mitad y quitar la barba interna con un pelador, rebanar muy delgadas en el sentido del largo. Llenar un bol con agua fría, exprimir el limón y añadir las alcachofas cortadas en rodajas.
En este punto, amettere en el fuego de la sartén con el chalote y hacer asar a la llama, añadir las alcachofas y freír bien, difuminar con vino blanco y evaporar bien, si es necesario para terminar la cocción añadir un par de cucharones de caldo vegetal.
Poner una sartén a calentar, tomar la almohada y cortar en tiras finas, verter en la sartén y cocer unos minutos, escurrir la almohada de la grasa y añadir a las alcachofas.
Quitar el pecíolo del tomate, lavar bien y cortar en cuatro. Al final de la cocción de la alcachofa, añadir los tomates y cocer unos minutos, ajustar cuidadosamente la sal porque la mejilla es muy sabrosa.
Poner a hervir una olla con agua, llevar a ebullición, añadir una toma de sal y poner a cocer los ñoquis en agua.
Mientras tanto, en una sartén, derretir la mantequilla a fuego lento, escurrir los ñoquis y mezclar bien.
Extender una cama de alcachofas en un plato rectangular, añadir encima de los ñoquis, completar con gotas de vinagre balsámico y hojas de albahaca fresca.